martes, 13 de julio de 2010

Ajedrez

La partida había comenzado... Con la experiencia aprendí que no es bueno mover el peón 2 posiciones en el primer turno, así que sólo la saludé.

Me contestó con algo similar... Por lo menos hasta ahora suelo recibir esa respuesta.

¿Saco la reina? Ya lo he hecho, pero mi oponente suele irse desconcertada y no vuelve a jugar. Así que muevo otro peón. Convesamos un rato

Ella mueve uno de los peones de los extremos, parece que le gusta hablar conmigo.

Me arriesgo. Muevo el peon central 2 espacios, hablamos después de clases

Ella no toca mi peón, pero sí realiza la misma movida que yo. Conversamos un rato el fin de semana por internet.

Muevo el alfil hasta el final. La invito al cine.

Mueve la torre en señal de amenaza. "No puedo, tengo que estudiar, sorry :)"

Retrocedo el alfil, pero en un arrebato de emociones, después de que ella retrocediese la torre, muevo la reina. Indiferencia.

Se va a la defensiva, conoce mi estrategia, y con esto también conozco la suya.  Agrupa sus piezas fuertes alrededor del peon. Respuestas monosílabas, se pierde la intención comunicativa.

Me voy con todo, cansado de intentar predecir sus movimientos. Jaque. pero no por mucho, perdí todas mis piezas en un juego que dí por perdido hace rato. Alejamiento...

-"No vuelvo a jugar contigo ajedrez, eres muy tramposa"- Le dije
-"Nah, sólo soy mejor que tu... Picado!"- Respondió

Desde ese día que no le hablo... Por orgullo, por decisión propia, porque no me gusta perder...

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