-Era una noche de invierno...
-Nopos! es verano... así no llueve y la gente no se moja ni sufre por el frío.
-Bueno, era verano... Yo estaba leyendo...
-¡Jugando videojuegos!
-Es que no estaba haciendo eso...
-Igual, ¡Dilooo!
-Está bien... Yo jugaba videojuegos cuando tocaron la puerta. Al abrir tuve un mal presentimiento, el cual se confirmó al ver a mi...
-Perro tortuga gigante!
-Ehm... ya, perro tortuga gigante... El perro se acercó a mi...
-¡No es un perro! ¡Es un perro tortuga gigante!
-Perdón... El perro tortuga gigante se acerco y...
-¡Y se comió tus cejas!
-No voy a decir eso...
-¡Entonces te pidió pololeo!
-Pero Qué??? Ehm... ya, me pidió pololeo... Aun así le dije que...
-¡Le dijiste que sí!
-¡No le voy a decir que sí! ¡Es un perro masculino!
-Iguaaaal... te gustan los perros, no?
-Sí, pero no para pololear con uno...
-Aaah... bueno, le dijiste que no... ¿Que paso entonces? ¡Deja de detenerte a cada rato!
-¡Aaargh! Ya, le dije que no y el perro se fue...
-El perro estaba triste?
-Ehm... yo creo, si dices que me pidio pololeo y le dije que no...
-Aaah... ¿Y por que le dijiste que no si sabias que estaría triste?
-¡No me gustan los perros de esa forma!
-¿Como sabes?
-No voy a contestar eso... Ya, para de interrumpir...
-¡Pero sigue el cuento! ¿Que paso entonces?
-Seguí leyendo...
-¿No jugabas videojuegos?
-Cierto, entonces, seguí jugando videojuegos.
-¿Qué jugabas?
-Ehm... Tetris...
-Ah, que fome... me voy, no sabes contar historias...
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