lunes, 2 de mayo de 2011

Ella...

La sonrisa… Sí, no puedo dejar de destacarla… Una sonrisa sincera y completamente armoniosa con su cara… La perfección, nada menos puedo decir...


Sus ojos, brillando, llenos de energía, aun en las tinieblas la puedo notar… energía pura, más que el choque de materia con antimateria. Verdadera fuente de vitalidad, de alma, de sentimiento… De su escencia, de ella…


Más que detalles específicos, ella en su conjunto… Alegre, comprensiva, inteligente, hermosa… Sobre todo única… única… única…


Como la flor del principito, tal vez más valiosa… Porque tuve la dicha de tenerla en mi vida, de conocerla, de comprobar su existencia más allá de lo tangible… Eliminar la soledad que caracteriza al ser humano para saber que podemos ser dos en un mundo injusto… La vida se puede jugar de a multijugador, compartiendo experiencias, momentos, sueños… tiempo y espacio… Pasado y futuro… Todo y nada, eso es el universo en su presencia…


La voluntad! La voluntad de tener una vida perfecta, feliz… Pero la voluntad no es nada sin motivo, y en ella encontré el motivo para la voluntad, para el despertar, dormir, pensar, comer, existir…

La luz que aquella dama proyecta en mi ser es la escencia de la Creación, y como tal, permite crear. Creación de buenas influencias, blanca, pura y constructiva. Construir edificios de ideas, tramas y pensamientos, rellenar las hojas de la vida con anotaciones ininteligibles pero llenas de pasión y sentimiento. Complementar nuestra existencia con el arte, y el arte hacerlo explotar para volarnos en pedazos junto con nuestras creaciones y fusionarnos con ellas…


Ser el arte, vivir el arte, sentir la fuerza creadora y lo creado dentro de uno. Existir dentro de los demás y que los demás existan dentro de ti. La inmortalidad existe, mientras exista alguien que te recuerde, que sepa que exististe y cuya vida no fue la misma después de conocerte… Vivir para siempre dentro de otros…


Y ella es el “Para siempre”, ella es la inmortalidad en estos momentos… El motivo de la existencia y la tercera vida, ese sentimiento de saber que haces algo bien… que no estás acá en la Tierra para puro dar jugo o morir en cada episodio de la vida de los demás, existir con un fin, colaborar en la construcción de este mundo…

Y ella tiene esa habilidad, hacerme sentir parte de la Creación, que Dios existe y creó el mundo para que seamos felices…

Y lo está logrando…

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