sábado, 19 de junio de 2010

Valentina

- Está listo – dijo su madre

Esteban escuchó, se paró de su cama, apago la televisión, el monitor de su computador y se sentó en la cama de nuevo, mirando por la ventana, por la cual se veía la casa de su vecina, Valentina, quien él decía que era su amor, quien él creía que lo volvía loco, que cada vez que la miraba su mente volaba y cambiaba, de ese chico perno, freak, antisocial y tímido, a un joven energético, extrovertido, amador, entretenido y confiado. De pronto vio que Valentina le hacía señas, un escalofrío le recorrió el cuerpo completamente… se había dado cuenta de que él la observaba siempre que podía, excepto en situaciones privadas, Esteban era un joven respetuoso. Los nervios se fueron cuando se dio cuenta de que las señas eran para que Esteban bajará y saliera a hablar con ella, Esteban, a pesar de haberse imaginado mil veces antes de dormir como sería hablar con ella, y que haría, como tomaría su cabeza, como la saludaría y como se drogaría con mirarla a sus ojos, estaba nervioso, tenía miedo de bajar, quiso pensar que se equivocaba en interpretar lo que Valentina le quería decir, hasta que vio un papel, un mensaje que decía “Te quiero decir algo importante :$”. Vio salir a Valentina de escena y el bajo del segundo piso, en cada escalón aumentaba su temor a hablarle, era un temor idiota, no sabía los fundamentos del temor, pero al mismo tiempo le gustaba, la situación era exactamente como él la había imaginado, y a Esteban le gustaba.

Valentina estaba al frente de él, se acercó lentamente, él hizo lo mismo, Valentina lo miraba fijamente, en su interior sentía lo nerviosa que estaba, y Esteban sabía lo que Valentina sentía, era su vida perfecta, Esteban sentía la conexión sólo con verla, sin importar que no se hayan visto muchas veces, él sabía que ella era la indicada, sabía que ella debía ser su alcohol, su cocaína y sus sueños. Sus caras ya estaban cerca una de la otra, sus ojos se miraban intensamente, sus miradas cambiaban entre las sendas pupilas y bocas, sus narices se tocaron, sus cabezas se movieron, Esteban ni siquiera sabía cómo entendía la forma de seguir la acción.

- ¿Qué me tenías que decir?
- Decir ya nada


Esteban tomó la cabeza de Valentina, acercaron sus narices y el joven le movió el pelo de la oreja de Valentina, algo que él siempre había soñado, las manos de la mujer se acercaron a los hombros de Esteban y lo zamarrearon con mucha fuerza, Esteban no sabía que pasaba, no sabía cómo reaccionar, abrió los ojos y ahí estaba su televisor prendido y su madre con su mano en el hombro de su hijo.

- Se enfría la comida
- Ya voy – atinó a responder nerviosamente.


Esteban se paró de su cama fue a su puerta, apagó la luz, miró por la ventana y vio a Valentina en su casa, en su pieza, sentada, chateando.


DEDICADO ESPECIALMENTE A UNA JOVEN QUE ME CAE MUY BIEN Y QUE ME DIJO QUE SIGUIERA ESCRIBIENDO, GRACIAS VALE =).

PS: EL CUENTO ES SÓLO FICCIÓN, CUALQUIER RELACIÓN, DE NOMBRE ESPECÍFICAMENTE, CON LA REALIDAD ES SÓLO COINCIDENCIA xDDDD.

3 comentarios:

  1. Una sabia escritora dijo una vez: El misterio de escribir es que muchas veces la ficción se confunde con la memoria. Algo de memoria tendrá todo este relato. Saludos.

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  2. yo sabía que tenías que seguir escribiendo :D

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  3. liiiiiiindo. Menos mal que no le achuntaste al nombre porque sino te fusilaba (?) jaja. Me encantó. Fue súper tierno y áaw (? xd. Gracias Diego <3 Y sigue escribiendo (Y) :D

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